Todo es un despropósito infinito, un paisaje desastroso, danzarinas bellisímas alejándose, bailando todo y a la vez alejándose. Un sueño y quizás también un deseo, más de lo mismo y la salvedad de que nada puede ir a peor. Un sonido estridente agujereando el sano tímpano y al gusto destrozando toda atmósfera de conseguir algo, más de lo mismo y con el regusto de la insatisfacción ante tales actos y más aún con la represión de sentirte bloqueado.
Otra vez...
sábado, 25 de agosto de 2007
Publicado por Antonio Manuel en 16:55
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