Mírala, de forma débil se vacía en el aire, se forma cautelosamente en mi boca, la expulso, se evapora, se distrae en el aire, vuelve a mí y para mis adentros el gusto de mantenerla. Vuelve, tras mi mirada a tu paso, arriésgate a tirarte, sueña con poder, ábrete a un abismo de sensaciones, tírate.
Qué hermosa tu figura y eso que tan sólo reposa con cuidado sobre mis pensamientos, los seduce y atrae, lo desecha y consume de nuevo.
Mira detrás algún día, allá dónde no quisiste mirar por temor, como cuando siendo niña huias de la temida oscuridad, allí dónde no quisiste mirar estaré, esperando tu llegada con tremenda paciencia.
Detrás, allí, mira donde estoy, aqui brotan hermosas flores con las que adornarte en tu despertar, corre, las puertas del jardín cerrará algún día.
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