Cae lentamente, ella tan eterna, sobre mí pues la noche, cae la Luna en el ventanal, en cada noche pensando en tí, desciende y alumbra cada noche mis sueños despertando ardientes deseos.
Algo murió en mí la otra noche y a la mañana siguiente el esbozo de algo nuevo se prestó a mis ojos. Sucumbiré, desacataré todo miedo y me hundiré en mi felicidad.
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