Pareciera no cansarme cada una de las muertes que llevo, pareciera no cansarme de la suciedad y del alboroto que arruinan mi existencia. Tales circunstancias e innombrables decadencias sufridas ante los hechos acaecidos. Una constante ruinosa que acentúa cada una de las miserias que acompaña la vista pobre del paisaje muerto. No hay paz ni descanso merecido, no habrá vidas que calme mi ansiedad, no habrá nada pues que apague mi sed y es tal vez que esta vez ponga rumbo allá donde mis ojos siempre quisieron ver.
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